sábado, 3 de noviembre de 2012

¿RENDIRME? ¡NUNCA!

 bendito eres, porque has creído;
Y más bendito eres, porque te he  llamado a predicar mi evangelio:
A alzar tu voz como con voz de trompeta, larga y fuertemente, y a  proclamar el arrepentimiento a una corrupta y perversa generación, preparando la vía del Señor para su segunda  venida.
Porque he aquí, de cierto, de cierto te digo, que está próxima la hora en que vendré en una  nube con poder y gran gloria.
Y será un  día grande al tiempo de mi venida, porque todas las naciones  temblarán.
Pero antes que venga ese día grande, el sol se obscurecerá y la luna se tornará en sangre; y las estrellas se negarán a brillar y algunas caerán; y grandes destrucciones esperan a los malvados. Por tanto, alza tu voz  sin cesar, porque ha hablado Dios el Señor; profetiza, pues, y te será dado por el  poder  del Espíritu Santo.
Y si eres fiel, he aquí, yo estoy contigo hasta que venga;
y de cierto, de cierto te digo, vengo pronto. Soy tu Señor y Redentor. Así sea.  Amén.


Me glorío en la claridad; me glorío en la verdad; me glorío en mi Jesús, porque él ha redimido mi alma del infierno. MACB.


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