A alzar tu voz como
con voz de trompeta, larga y fuertemente, y a proclamar el arrepentimiento a una corrupta y perversa
generación, preparando la vía del Señor para su segunda venida.
Porque he aquí, de
cierto, de cierto te digo, que está próxima la hora en que vendré en una nube con poder y gran gloria.
Pero antes que venga
ese día grande, el sol se obscurecerá y la luna se tornará en sangre; y las
estrellas se negarán a brillar y algunas caerán; y grandes destrucciones
esperan a los malvados. Por tanto, alza tu
voz sin cesar, porque ha hablado Dios el Señor; profetiza,
pues, y te será dado por el poder del Espíritu Santo.
Y si eres fiel, he
aquí, yo estoy contigo hasta que venga;
y de cierto, de
cierto te digo, vengo pronto. Soy tu Señor y Redentor. Así sea. Amén.
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