Porque el Señor Dios me ayudará, de modo que no seré
confundido. Por eso he puesto mi rostro como pedernal, y sé que no seré
avergonzado.
Y el Señor está cerca, y me justifica. ¿Quién
contenderá conmigo? Presentémonos juntos. ¿Quién es mi adversario? Acérquese a
mí, y yo lo heriré con la fuerza de mi boca.
Porque el Señor Dios me ayudará. Y todos los que me condenen, he aquí, todos envejecerán como ropa de vestir, y la
polilla se los comerá.
¿Quién hay entre vosotros que teme al Señor, que
obedece la voz de su siervo, que anda en tinieblas y carece de luz?
He aquí, todos vosotros que encendéis fuego, que os
rodeáis de centellas, andad a la luz de vuestro fuego y de las centellas que encendisteis. Esto os vendrá
de mi mano: en angustia yaceréis.
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