Jesucristo murió por nuestros pecados. Él también
organizó Su Iglesia mientras estuvo en la tierra, para que Él pudiera hacer que
todos volvieran a Él si aceptaban Su evangelio (y para aceptarlo, ellos primero
tenían que recibirlo). Cuando Cristo ascendió a los cielos, Su presencia
no dejó la Iglesia. ÉL dirigió a los líderes de Su iglesia, los Apóstoles,
por medio de revelación. Pero después de la muerte de los Apóstoles, las
enseñanzas de la Iglesia cambiaron y se perdió mucho de la verdad.Algo de
verdad permaneció, por supuesto, y muchas personas siguieron los mandamientos
de Cristo de acuerdo a lo mejor de su conocimiento, pero los cambios
introducidos a la Iglesia condujeron hacia una apostasía, un alejamiento
general, y la Iglesia de Cristo misma fue retirada de la tierra. En Hechos
3:19-21, el apóstol Pedro profetizó que la Iglesia regresaría antes de la
Segunda Venida de Cristo.
A través del Profeta José Smith, Dios
restauró Su Iglesia a la tierra. Esta Iglesia, La Iglesia de Jesucristo
(Iglesia Mormona) ha crecido ahora hasta incluir a más de 12 millones de
miembros, quienes viven en muchas naciones. La Iglesia Mormona tiene la
misma organización básica y las mismas enseñanzas que tenía la Iglesia creada
por Jesús. La última parte del nombre de la Iglesia, “Santos de los
Últimos Días”, es usada para distinguir la Iglesia del Salvador en nuestros
días de Su Iglesia en los tiempos del Nuevo Testamento. Sin embargo, la
primera parte del nombre, Iglesia de Jesucristo, claramente muestra que es la
misma Iglesia, y que está fundada en las enseñanzas del Salvador.
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