viernes, 9 de noviembre de 2012

EL QUE RESPIRA IRAS Y CONTIENDAS CONTRA LA OBRA DEL SEÑOR



Y el que respire iras y contiendas contra la obra del Señor, y contra el pueblo del convenio del Señor, que es la casa de Israel, y diga: Destruiremos la obra del Señor, y el Señor no se acordará del convenio que ha hecho con la casa de Israel, tal persona está en peligro de ser talada y arrojada al fuego;
porque los eternos  designios del Señor han de seguir adelante, hasta que se cumplan todas sus promesas.
Escudriñad las profecías de  Isaías. He aquí, no puedo escribirlas. Sí, he aquí, os digo que aquellos santos que me han precedido, que han poseído esta tierra,  clamarán, sí, desde el polvo clamarán al Señor; y así como vive el Señor, se acordará del convenio que ha hecho con ellos.
Y él conoce sus  oraciones, que se hicieron a favor de sus hermanos. Y él conoce su fe, porque en su nombre pudieron mover  montañas; y en su nombre pudieron hacer que temblara la tierra; y por el poder de su palabra hicieron que se derribaran las  prisiones; sí, ni aun el horno ardiente pudo dañarlos, ni las bestias salvajes, ni las serpientes venenosas, por motivo del poder de su palabra.
Y he aquí, sus  oraciones también fueron a favor de aquel a quien el Señor habría de conceder sacar a luz estas cosas.
Y no es menester que nadie diga que no saldrán, pues ciertamente saldrán, porque el Señor lo ha dicho; porque   de la tierra han de salir, por mano del Señor, y nadie puede impedirlo; y sucederá en una época en que se dirá que ya no existen los milagros; y será como si alguien hablase de centre los muertos.

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