La salvación no se gana, no es producto de nuestros esfuerzos: es un regalo. ¡Pero sí nos podemos ganar elogios y reconocimientos especiales de parte del Señor, y podemos trabajar para recibir recompensas! En cuanto a la salvación Dios no hace acepción de personas. (Hechos 10:34) ¡Pero en lo que se refiere a las tareas cumplidas y las cosas hechas para Él en Su Reino aquí en la tierra, Él hace distinciones y muy claras!
Él Cielo no será una sociedad sin clases. En el Cielo existirán muchos grados y niveles de recompensa, así como muchos grados y niveles de castigo para los que no estén salvados. Cada persona brillará con una gloria diferente, según cuánto haya hecho por el Señor. En la Historia aparecen algunos cristianos que fueron verdaderos santos y ofrendaron su vida con amor para que otros pudieran salvarse. ¿Qué lugar merecen? ¡La cúspide, cerca del Señor, en Su corte! ¡Pero algunos cristianos que hayan realizado un mal servicio y dedicado sus vidas egoístamente a sí mismos serán escasamente recompensados!
«¡Estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano!» (1Cor.15:58) ¡No pasará mucho antes de que recibas tu recompensa! ¿Amén?
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