Y los discípulos de Jesús efectuaban grandes y maravillosas obras, de
tal manera que sanaban a los enfermos, y
resucitaban a los muertos, y hacían que los cojos anduvieran, y que los ciegos
recibieran su vista, y que los sordos oyeran; y obraban toda clase de milagros entre los hijos de los hombres; y no
obraban milagros salvo que fuera en el nombre de Jesús.Y ya no se guiaban por
las prácticas y ordenanzas de la ley de Moisés, sino que se guiaban por los
mandamientos que habían recibido de su Señor y su Dios, perseverando en el ayuno y en la oración, y reuniéndose a
menudo, tanto para orar como para escuchar la palabra del Señor.
Y no había envidias, ni
contiendas, ni tumultos, ni fornicaciones, ni mentiras, ni asesinatos, ni lascivias de ninguna especie; y ciertamente
no podía haber un pueblo más dichoso
entre todos los que habían sido creados por la mano de Dios. No había ladrones,
ni asesinos, ni lamanitas, ni ninguna especie de itas, sino que eran uno, hijos de Cristo y herederos del reino de
Dios.
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