Y aconteció que después de dos años, Abinadí vino entre ellos disfrazado, de
modo que no lo conocieron, y empezó a profetizar entre ellos, diciendo: Así me
ha mandado el Señor, diciendo: Abinadí, ve y profetiza a los de mi pueblo,
porque han endurecido su corazón en contra de mis palabras; no se han
arrepentido de sus malas obras; por lo tanto, los visitaré con mi ira; sí, con mi furiosa ira los visitaré
en sus iniquidades y abominaciones.
Sí, ¡ay de esta generación! Y el Señor me dijo:
Extiende tu mano y profetiza, diciendo: Así dice el Señor: Acontecerá que los
de esta generación, a causa de sus iniquidades, serán llevados al cautiverio, y serán heridos en la mejilla; sí, y por los hombres serán impelidos y muertos; y
los buitres del aire y los perros, sí, y los animales salvajes devorarán su
carne.
Y acontecerá que la vida del rey Noé se estimará igual que un vestido en un horno ardiente; porque sabrá que yo soy el Señor.
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