Escuchad la
voz del Señor vuestro Dios, el Alfa y la Omega, el principio y el fin, cuya vía es un giro eterno, el mismo hoy que ayer y para siempre.
Soy Jesucristo, el
Hijo de Dios, que fui crucificado por los pecados del mundo, sí, por cuantos crean en mi nombre, a fin de que lleguen a ser hijos de Dios, uno en mí, como yo soy uno en el Padre, como el Padre es uno en mí, para que
seamos uno.
Bendito eres,
porque harás grandes cosas. He aquí, fuiste enviado, como lo fue Juan, a fin de preparar la vía delante de mí, y delante de Elías el profeta, que había de venir, y no lo supiste.
Bautizaste en el
agua para arrepentimiento, pero ano recibieron el Espíritu Santo;
Pero ahora te doy
el mandamiento de bautizar en agua, y recibirán el Espíritu Santo por la imposición de manos, como lo hacían los antiguos apóstoles.
Y acontecerá que
se efectuará una obra grande en la tierra entre los gentiles, porque se manifestarán su insensatez y sus
abominaciones ante los ojos de toda la gente.
Porque yo soy
Dios, y mi brazo no se ha acortado; y mostraré milagros, señales y maravillas a todos los que crean en mi nombre.
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