sábado, 29 de diciembre de 2012

SEÑOR, AYÚDANOS A MANTENER UNA RELACIÓN MUY ESTRECHA CONTIGO Y ENTRE NOSOTROS.



Por lo que se ve, Dios siempre bendice la armonía, el hecho de que las personas convivan en paz, muestren afecto unas por otras, colaboren entre sí y se demuestren gran amor. Dios ha determinado una dinámica del Espíritu que obra de manera sorprendente. El Señor dice: «¡Si uno solamente puede perseguir a mil, dos pueden hacer huir a diez mil!» (Deut.32:30) En otras palabras, no se limita a doblar tus fuerzas: ¡las quintuplica! Por lo tanto, la unidad brinda fuerzas extraordinarias. Esta fue la última plegaria de Jesús: «Que sean uno, así como Nosotros somos uno.» (Jn.17:21-23)
Si nuestro amor por el Señor es auténtico, para bien de Su Reino debemos esforzarnos por trabajar en unión con otras personas. Sin rivalidades, unidos bajo el yugo del amor y asumiendo la carga entre todos. «¡Bendito el lazo de unión que nos liga en amor fraternal! ¡Es nuestra armonía y comunión igual que la celestial!»
«Os ruego, pues, hermanos, por el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que habléis todos una misma cosa, y que no haya entre vosotros divisiones, sino que estéis perfectamente unidos en una misma mente y un mismo parecer.» (1Cor.1:10)

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