No hay pecado que no se
pueda vencer, aun cuando parezca que lo has intentado muchas veces, es
necesario que no te des por vencido hasta que hallas sido libre completamente.
Hay algo muy importante en
todo esto, y es la DETERMINACIÓN que tienes que tener para someterte al proceso
de liberación, es decir que tú tienes que querer ser libre de verdad, un deseo
que tiene que salir de un corazón sincero y transparente, pues cuando el
arrepentimiento solo es externo pero no interno difícilmente podrás ser libre.
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