La caridad es sufrida, es benigna; la caridad no tiene envidia, la caridad no se jacta, no se envanece; No se comporta indebidamente, no busca lo suyo, no se irrita, no piensa el mal;
No se regocija en la maldad, sino que se regocija en
la verdad;
Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo
soporta. La caridad nunca deja de ser; mas las profecías se acabarán, y cesarán
las lenguas, y el conocimiento se acabará; porque en parte conocemos, y en
parte profetizamos; más cuando venga lo
que es perfecto, entonces lo que es en parte se acabará.
Cuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba como
niño, juzgaba como niño; mas cuando ya fui hombre, dejé lo que era de niño.
Ahora vemos por espejo, oscuramente; mas entonces veremos cara a cara.
Ahora conozco en parte; pero entonces conoceré como fui conocido.
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