lunes, 10 de diciembre de 2012

DIOS ELIGE PAREJO, UNO DE OTRO.

Hermanos míos, que vuestra  fe en nuestro glorioso Señor Jesucristo sea sin hacer acepción de personas.
Porque si en vuestra congregación entra un hombre con anillo de oro y ropa lujosa, y también entra un pobre con vestido andrajoso,
y atendéis solícitamente al que trae la vestidura lujosa, y le decís: Siéntate tú aquí, en buen lugar, y decís al pobre: Quédate tú allí de pie, o siéntate aquí debajo de mi estrado,
¿Acaso   no hacéis distinción entre vosotros mismos y venís a ser jueces con malos pensamientos?
Amados hermanos míos, oíd: ¿No ha elegido Dios a los  pobres de este mundo para ser ricos en fe y  herederos del reino que ha prometido a los que le aman?
Pero vosotros habéis afrentado al pobre. ¿No os oprimen los ricos, y no son ellos los mismos que os arrastran a los juzgados?
¿No blasfeman ellos el buen  nombre que fue invocado sobre vosotros?
Si en verdad cumplís vosotros la ley real, conforme a la Escritura:  Amarás a tu prójimo como a ti mismo, bien hacéis;
Pero si  hacéis acepción de personas, cometéis pecado y sois hallados culpables por la ley como transgresores.
Porque cualquiera que guarda  toda la ley, pero  ofende en un punto, se hace  culpable de todos.
Porque el que dijo:  No cometerás adulterio, también ha dicho: No matarás. Ahora bien, si no cometes adulterio, pero matas, ya te has hecho transgresor de la ley.

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