Cuando
Jesucristo estuvo sobre la tierra, los fariseos se reunían a menudo y le hacían
a Jesús preguntas para confundirlo. Las respuestas a estas preguntas ahora son
de las enseñanzas más valiosas que Jesucristo nos ha dejado. En cierta ocasión
le preguntaron a Jesucristo cuál era el gran mandamiento de la ley. El
respondió: “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y
con toda tu mente. Éste es el primero y grande mandamiento. Y el segundo es
semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo” (Mateo 22:37-39). La respuesta
de Jesucristo superó la astucia de los fariseos, y resumió los diez
mandamientos de una manera brillante. De los diez mandamientos que Moisés
recibió, cuatro tienen que ver con la manera de demostrar amor a Dios. Estos
son: no tener otros dioses, no hacer imágenes, no tomar el nombre de Dios en
vano y guardar el día de reposo. Estos cuatro mandamientos representan cuatro
maneras de demostrar amor a Dios. El día de reposo, por mucho tiempo olvidado,
es un mandamiento que ayuda a demostrar que el amor hacia Dios es sobre todas
las cosas.
El día de
reposo es para dedicarlo al Señor. Al guardarlo seguimos el ejemplo de Dios.
Dios dedicó un día para descansar. En Génesis se lee que después de haber
creado la tierra y al hombre, Dios “reposó el día séptimo de toda la obra que
hizo. Y bendijo Dios al día séptimo, y lo santificó, porque en él reposó de
toda la obra que había hecho en la creación” (Génesis 2:2-3). El mandamiento
que Él nos da es una invitación a hacer lo mismo. En Éxodo se lee: “Acuérdate
del día de reposo para santificarlo. Seis días trabajarás, y harás toda tu
obra; mas el séptimo día es reposo para Jehová tu Dios; no hagas en él obra
alguna, tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu criada, ni tu bestia, ni
tu extranjero que está dentro de tus puertas. Porque en seis días hizo Jehová
los cielos y la tierra, el mar y todas las cosas que en ellos hay, y reposó en
el séptimo día; por tanto, Jehová bendijo el día de reposo y lo santificó”
(Éxodo 20: 8-11). El Señor específicamente dio el mandamiento de que el día de
reposo debía ser un día diferente a todos los demás, en memoria de Su obra.
Cuando
Jesucristo resucitó, el día de reposo llegó a ser el domingo. Después de
recibir el mandamiento de guardar el día de reposo, el pueblo judío designó el
séptimo día de la semana para dedicarlo a Dios. Como todos los mandamientos de
la Ley de Moisés, este mandamiento era estricto en naturaleza, y los judíos se
esforzaron por guardarlo. Con el tiempo, los líderes judíos comenzaron a
agregar cosas que no eran necesarias. Por ejemplo, limitaron cuántos pasos una
persona podía tomar, y qué tipo de nudos podían atar. Cuando Jesucristo comenzó
su ministerio, se le criticó por las actividades que hacía en el día de reposo,
pero Él enseñó: “el día de reposo fue hecho por causa del hombre, y no el
hombre por causa del día de reposo” (Marcos 2:27). Al resucitar Jesucristo, sus
discípulos comenzaron a guardar el día de reposo el domingo. Jesucristo
apareció a sus apóstoles mientras estaban reunidos, y siempre fue el primer día
de la semana, domingo (véase Juan 20:19, 26). En Hechos se menciona que los
discípulos se reunían el primer día de la semana para partir el pan, en memoria
de Jesús (véase Hechos 20:7). El día domingo llegó a ser el día de reposo. En
nuestra época el Señor ha dado el mandamiento de reunirnos el “día del Señor”
que es el domingo (véase Doctrina y Convenios 59:12).
Hay
ciertas actividades que debemos hacer para guardar el día de reposo. El Señor
ha utilizado la palabra santificar al referirse a la manera de tratar el día de
reposo. Para santificarlo, hay ciertas cosas que debemos hacer y no basta con
sólo pasar el día en ociosidad. Aparte de descansar de las labores de la vida
rutinarios, hay otras cosas que debemos hacer para santificar el día de reposo.
A continuación se presentan algunas cosas que hacemos para guardar el día de
reposo.
1.
Asistir a las reuniones de la Iglesia y participar de la Santa Cena
2. Leer las escrituras y las palabras de los líderes de la Iglesia
3. Visitar a los enfermos, los ancianos o a nuestros seres queridos
4. Escuchar música edificante y cantar himnos
5. Orar a nuestro Padre Celestial en acción de gracia y alabanza
6. Llevar a cabo el servicio de la Iglesia al que hemos sido asignados
7. Preparar registros de historia familiar e historia personal
8. Compartir historias que edifican la fe y compartir el testimonio con miembros de la familia y compartir experiencias espirituales con ellos
9. Escribir cartas a seres queridos
10. Ayunar con algún propósito específico
11. Pasar el tiempo con los niños y otras personas en el hogar
2. Leer las escrituras y las palabras de los líderes de la Iglesia
3. Visitar a los enfermos, los ancianos o a nuestros seres queridos
4. Escuchar música edificante y cantar himnos
5. Orar a nuestro Padre Celestial en acción de gracia y alabanza
6. Llevar a cabo el servicio de la Iglesia al que hemos sido asignados
7. Preparar registros de historia familiar e historia personal
8. Compartir historias que edifican la fe y compartir el testimonio con miembros de la familia y compartir experiencias espirituales con ellos
9. Escribir cartas a seres queridos
10. Ayunar con algún propósito específico
11. Pasar el tiempo con los niños y otras personas en el hogar
En vez de
limitarse a participar únicamente en las actividades mencionadas en esta lista,
es mejor sólo hacerse esta pregunta al decidir si se debe o no participar en
cierta actividad: ¿Me edificará e inspirará esta actividad?”.
Hay
algunas actividades que por su naturaleza no se pueden suspender los domingos,
como el trabajo de los hospitales, pero debemos tratar de evitar trabajar los
domingos donde sea posible. Aún cuando una persona tenga que trabajar los
domingos, debe tratar de esforzarse por mantener el espíritu del día lo más que
sea posible.
Las
bendiciones del día de reposo son espirituales y temporales. El espíritu de una
persona se beneficia grandemente al obedecer el día de reposo. La Santa Cena da
una oportunidad de renovar los convenios bautismales y recibir el perdón de
pecados. La música y todas las otras actividades ayudan a fortalecer la fe. El
Señor ha prometido a los que guardan este mandamiento: “la abundancia de la
tierra serpa vuestra, las bestias del campo y las aves del cielo, y lo que
trepa en los árboles y anda sobre la tierra; sí, y la hierba y las cosas buenas
que produce la tierra, ya sea para alimento, o vestidura, o casas, alfolíes, huertos,
jardines o viñas” (Doctrina y Convenios 59:16-17). Aparte de engrandecer el
alma y acercarnos a Dios, el día de reposo trae prosperidad.
El día de
reposo muestra nuestra devoción hacia Dios. Entre tantas actividad que
acostumbran llevarse a cabo los domingos, debemos recordar el mandamiento que
Dios ha dado, y dedicar ese día a fortalecer nuestra unión con Él. Si así lo
hacemos, nuestro espíritu será bendecido y prosperaremos sobre la tierra.
No hay comentarios:
Publicar un comentario