“buscad
palabras de sabiduría de los mejores libros; buscad conocimiento, tanto por el
estudio como por la fe” - Doctrina y Convenios 109:7
Imaginemos lo desequilibrado que sería un músico que solamente estudiara
un tipo de música. Nosotros maduramos y nos desarrollamos con más rapidez si
mantenemos un equilibrio entre nuestro estudio espiritual con una rigurosa
disciplina en los estudios y el trabajo, así como Jesucristo, ya que Él andaba
por el mundo observando la naturaleza y aprendiendo el oficio de carpintero.
Nos vendría bien seguir su ejemplo al “[crecer] en sabiduría, y en
estatura y en gracia para con Dios y los hombres” (Lucas 2:52).
A los
mormones se les insta a aprender sobre los aspectos seculares y los espirituales.
Podríamos decir que el conocimiento secular tiene que ver con lo que se aprende
en la escuela: matemáticas, ciencias, historia, literatura, idiomas, música,
etc. El conocimiento espiritual es lo que se aprende mediante el estudio de las
Escrituras, la oración y la asistencia a la Iglesia, cosas como el plan de
felicidad de nuestro Padre Celestial, el evangelio de Jesucristo y la manera de
cultivar la fe. Ambos tipos de conocimiento nos ayudan a salir de nuestros
problemas al aplicarlos de manera equilibrada.
Venimos a
la tierra de acuerdo con el plan de Dios, a fin de que aprendamos y
experimentemos todas las maravillosas y complicadas cosas que el mundo tiene
para enseñarnos, y tenemos que ser buenos alumnos para sacar el máximo provecho
de nuestro tiempo en este lugar.
El
conocimiento secular y el conocimiento espiritual se complementan el uno con el
otro. Debido a que Dios creó la tierra y todo lo que hay en ella, al estudiar
geología, física y biología aprendemos más en cuanto a la grandeza de nuestro
Creador. Los escritores y poetas escriben con inspiración celestial, de modo
que la lectura de sus obras nos da una perspectiva de la naturaleza de nuestra
alma y del significado que tiene el ser humano. A veces, el escuchar una obra
musical nos ayuda a sentir el amor de Dios. Tanto el conocimiento secular como
el espiritual se benefician del diálogo. Ambos requieren observación, trabajo y
práctica. Entonces, si bien a veces consideramos que lo secular y lo espiritual
son cosas opuestas y aun hasta que se contradicen entre ellas, el verdadero
conocimiento de Dios y del mundo que Él creó nos muestran que el entender uno
nos ayuda a comprender el otro.
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