¿Cómo
recibimos el alimento espiritual que necesitamos del Señor? Es de lo más fácil:
¡basta con que tengamos la fe de un bebito!
Cuando
el pequeño llora porque tiene hambre, ¡sabe que a su madre no se le ocurriría
negarle el alimento! Dios ha hecho que el niño sepa instintivamente que si
llama, ella le contestará. ¡Él cuenta con la respuesta y la obtiene!
¡De igual modo cuando nosotros, como hijos de nuestro Padre Celestial, pedimos
leche, Él indudablemente no nos dará una serpiente ni ninguna otra cosa! Luc.11:10-13
¿Y
qué es lo que extrae la leche del pecho de la madre? Cuando el niño chupa, crea
en su boca un vacío que hace brotar la leche. Cuando oramos,
creamos un vacío así dentro de nuestro corazón: «¡Señor, he aquí este espacio
vacío! ¡Llénalo Tú!»
Cuando
el niño es muy chiquito, la madre tiene que acercarle el alimento y
mostrárselo. Pero al crecer, aprende automáticamente dónde hallar la leche y él
mismo se la procura. ¡Así también nosotros, cuanto más practiquemos recibir el
alimento de Dios, mejor sabremos dónde encontrarlo! ¡Y en tanto sigamos
mamando, más recibiremos, pues Dios tiene una ilimitada capacidad dar.e dar!
No hay comentarios:
Publicar un comentario