Ahora
bien, esto fue causa de mucha aflicción para Alma, sí, y para muchos de los que
él había consagrado para
ser maestros, sacerdotes y élderes en la
iglesia; sí, muchos de ellos se sintieron afligidos en extremo por la iniquidad
que vieron que había surgido entre los de su pueblo.
Porque
vieron y observaron con gran dolor que los del pueblo de la iglesia empezaban a
ensalzarse en el orgullo de
sus ojos, y a fijar sus corazones en las riquezas y en las cosas vanas del
mundo, de modo que empezaron a despreciarse unos a otros, y a perseguir a
aquellos que no creían
conforme a la propia voluntad y placer de ellos.
Y así, en este octavo año del gobierno de los jueces,
empezó a haber grandes contenciones
entre los de la iglesia; sí, había
envidias y conflictos, malicia, persecución y orgullo, aun excediendo al
orgullo de aquellos que no pertenecían a la iglesia de Dios.
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