lunes, 8 de octubre de 2012

ALMA SE ESFORZÓ POR ENSEÑAR EL EVANGELIO.

Pero Satanás se había apoderado  en sumo grado del corazón de los habitantes de la ciudad de Ammoníah; por lo tanto, no quisieron escuchar las palabras de Alma.

No obstante, Alma se esforzó  mucho en el espíritu, implorado a Dios en  ferviente  oración que derramara su Espíritu sobre el pueblo que se hallaba en la ciudad; y que también le concediera bautizarlos para arrepentimiento.
Sin embargo, endurecieron sus corazones, y le dijeron: He aquí, sabemos que eres Alma; y sabemos que eres sumo sacerdote de la iglesia que has establecido en muchas partes de la tierra, según vuestra tradición; pero nosotros no somos de tu iglesia, y no creemos en tan insensatas tradiciones.

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