Y así
terminó el año octavo del gobierno de los jueces; y la iniquidad de los de la
iglesia fue un gran tropiezo para los que no pertenecían a ella; y así la
iglesia empezó a detenerse en su progreso. Y sucedió
que al principio del año nono, Alma vio la iniquidad de la iglesia, y también
vio que el ejemplo de
la iglesia empezaba a conducir a los que eran incrédulos de una iniquidad a
otra, causando con ello la destrucción del pueblo.
Sí, vio
una desigualdad muy grande entre el pueblo, algunos que se ensalzaban en su
orgullo, despreciando a otros, volviendo las espaldas al necesitado y
al desnudo, y a aquellos que tenían hambre, y a
los que tenían sed, y a los que estaban enfermos y afligidos.
Ahora
bien, esto fue un gran motivo de lamentaciones entre el pueblo, mientras que
otros se humillaban, socorriendo a los que necesitaban su socorro, a saber, repartiendo de
sus bienes al pobre y al necesitado, dando de comer al hambriento y sufriendo
toda clase de aflicciones por causa de
Cristo, quien había de venir según el espíritu de profecía,
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