Por tanto, es un
compendio de los anales del pueblo de Nefi, así como de los lamanitas—Escrito a
los lamanitas, quienes son un resto de la casa de Israel, y también a los
judíos y a los gentiles—Escrito por vía de mandamiento, por el espíritu de
profecía y de revelación—Escrito y sellado, y escondido para los fines del
Señor, con objeto de que no fuese destruido—Ha de aparecer por el don y el
poder de Dios para que sea interpretado—Sellado por la mano de Moroni, y
escondido para los propósitos del Señor, a fin de que apareciese en el debido
tiempo por medio de los gentiles—A interpretarse por el don de Dios.
Contiene también un compendio tomado del Libro de Éter, el cual
es una relación del pueblo de Jared, que fue esparcido en la ocasión en que el
Señor confundió el lenguaje de los del pueblo, cuando estaban edificando una
torre para llegar al cielo—Lo cual sirve para mostrar al resto de la casa de
Israel cuán grandes cosas el Señor ha hecho por sus padres; y para que conozcan
los convenios del Señor y sepan que no son ellos desechados para siempre—Y
también para convencer al judío y al gentil de que JESÚS es el CRISTO, el
ETERNO DIOS, que se manifiesta a sí mismo a todas las naciones—Y ahora bien, si
hay faltas, éstas son equivocaciones de los hombres; por tanto, no condenéis
las cosas de Dios, para que aparezcáis sin mancha ante el tribunal de Cristo.
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