¡Pero los que aman de verdad son realmente humildes, y
quienes son realmente humildes, aman de verdad! ¡Hay que admitir que la
humildad es parte esencial del amor! Hace falta humildad para ser afectuoso y
recibir afecto. ¡Si de veras quieres enamorarte y aceptar amor verdadero,
necesitas suficiente humildad como para renunciar a tu orgullo y recibirlo!
Porque el amor y la humildad son absolutamente inseparables. ¡No puedes sentir
amor, amor de verdad, sin ser humilde; y tampoco puedes tener genuina humildad
sin sentir mucho amor! ¡No puedes ser orgulloso y sentir amor verdadero! ¡Tampoco
puedes sentir amor verdadero y ser orgulloso! ¡El amor verdadero requiere gran
humildad! ¡Esto se aplica también a nuestra relación con el Señor! Al darnos
cuenta de que Dios nos ama de verdad y de que Jesús murió por nosotros y vela
por nosotros, debemos someternos y humillarnos para recibir Su amor. ¡Es algo
humillante! Mas en la humildad hay perfecta paz, porque la humildad tiene amor
y fe sin temor (1Jn.4:18). ¡Si amas, no te importa lo que piensen los demás:
amas pese a lo que opinen! ¡De modo que sé humilde! ¡Y ama! (1Pe.4:8)
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