Os digo,
mis hermanos, que si diereis todas las gracias y alabanza que
vuestra alma entera es capaz de poseer, a ese Dios que os ha
creado, y os ha guardado y preservado, y ha hecho que os regocijéis, y os ha
concedido que viváis en paz unos con otros,
Os digo
que si sirvieseis a aquel que os ha creado desde el principio, y os está
preservando día tras día, dándoos aliento para que podáis vivir, moveros y
obrar según vuestra propia voluntad,
y aun sustentándoos momento tras momento, digo que si lo sirvieseis con toda
vuestra alma, todavía seríais servidores inútiles.
Y he
aquí, todo cuanto él os requiere es que guardéis sus mandamientos; y os ha
prometido que si guardáis sus mandamientos,
prosperaréis en la tierra; y él nunca varía de
lo que ha dicho; por tanto, si guardáis sus
mandamientos, él os bendice y os hace prosperar.
Y ahora
bien, en primer lugar, él os ha creado y os ha concedido vuestras vidas, por lo
que le sois deudores.
Y en
segundo lugar, él requiere que hagáis lo que os ha mandado; y si lo hacéis, él
os bendice inmediatamente;
y por tanto, os ha pagado. Y aún le sois deudores; y lo sois y lo seréis para
siempre jamás; así pues, ¿de qué tenéis que jactaros?
Y ahora
pregunto: ¿Podéis decir algo de vosotros mismos? Os respondo: No. No podéis
decir que sois aun como el polvo de la tierra; sin embargo, fuisteis creados del polvo de
la tierra; mas he aquí, éste pertenece a quien os creó.
Y ni yo,
sí, yo, a quien llamáis vuestro rey, soy mejor de lo que sois vosotros, porque
soy del polvo también. Y veis que he envejecido, y que estoy para entregar esta
forma mortal a su madre tierra.
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