El
amor de Dios es tan inmenso, que desciende a cualquier profundidad para salvar
a alguien; llega a cualquier extremo para rescatarlo. ¡Él puede amar al hombre
que haya caído a lo más bajo y salvarlo en su momento de mayor necesidad,
cuando se encuentre en su estado más lamentable! ¡Para Él no hay límite ni
extremo al que no llegaría para salvar a una pobre alma perdida con Su amor
infinito y Su misericordia ilimitada! ¡Él desciende al nivel de nuestra
necesidad!
«¡El
amor de Dios va más allá de lo que uno pueda describir! ¡Sobrepasa la más alta
estrella y baja hasta el infierno más vil!» ¡Mira cuán grande es la
misericordia de Cristo! «Porque como estuvo Jonás en el vientre del gran pez
tres días y tres noches, así estará el Hijo del Hombre en el corazón de la
tierra tres días y tres noches» (Mat.12:40). ¡Descendió a las entrañas del
infierno para predicar el Evangelio de la liberación a los espíritus allí
encarcelados! (1Pe.3:18-20)
«¿Adónde
me iré de tu Espíritu? ¿Y adónde huiré de tu presencia? ¡Si subiere a los
cielos, allí estás Tú; y si en el infierno hiciere mi estrado, he aquí, allí Tú
estás! ¡Si tomare las alas del alba y habitare en el extremo del mar, aun allí
me guiará Tu mano, y me asirá Tu diestra!» (Sal.139:7-10)
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