Somos
vasijas de Su amor, para verterlo a los demás. Todo lo hace el Señor, todo es
obra de Su amor, pero Él necesita un instrumento. ¡Nosotros somos los medios e
instrumentos en Sus manos! «Abre tu boca», dice la Biblia, «y Yo la llenaré»
(Sal.81:10). Pero ¿de dónde saca con qué llenarla? De tu corazón. ¡Si ya has
llenado tu corazón, si estás lleno del Espíritu, lleno de Su amor, de Su
Espíritu, del conocimiento de Su Palabra y del mensaje que quieres transmitir a
los demás, cuando abras tu boca Él la llenará con lo que haya en tu corazón!
Surge simplemente por inspiración. Dios no espera que seas tú quien lo haga.
Todo lo que espera es que te sometas y entonces Él lo hará a través de ti.
¡Cuando se abre una llave de agua, no es la llave la que obra! ¡Es la fuerza
del exterior, que hace que el agua fluya sin esfuerzo a través del grifo! ¡Él
grifo es un simple conducto, apenas un hueco, que permite la salida del agua!
¡Ahí está el secreto! ¡Si estás lleno del Espíritu, lleno de oración, lleno del
Señor, lleno de la Palabra, no tienes de qué preocuparte! ¡Pídele a Dios que
gire tu llave y todo empezará a fluir! ¡Te sorprenderá; será maravilloso!
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