domingo, 30 de septiembre de 2012

CONSEJOS DE ALMA A SU PUEBLO.


He  aquí, amados hermanos míos, ya que se me ha permitido venir a vosotros, trataré, por tanto, de  hablaros en mi lenguaje, sí, por mi propia boca, en vista de que es la primera vez que os hablo con las palabras de mi boca, pues me he visto totalmente limitado al tribunal, con tantos asuntos que no pude visitaros antes.
Y he aquí, he venido con grandes esperanzas y con mucho anhelo de hallar que os habíais humillado ante Dios y que habíais continuado suplicando su gracia; de hallar que estabais sin culpa ante él, y de no hallaros en el terrible dilema en que estaban vuestros hermanos en  Zarahemla.
HE aquí, amados hermanos míos, ya que se me ha permitido venir a vosotros, trataré, por tanto, de  hablaros en mi lenguaje, sí, por mi propia boca, en vista de que es la primera vez que os hablo con las palabras de mi boca, pues me he visto totalmente limitado al tribunal, con tantos asuntos que no pude visitaros antes.
Y he aquí, he venido con grandes esperanzas y con mucho anhelo de hallar que os habíais humillado ante Dios y que habíais continuado suplicando su gracia; de hallar que estabais sin culpa ante él, y de no hallaros en el terrible dilema en que estaban vuestros hermanos en  Zarahemla.

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