Ya llega
a su fin el corto día del hombre. - Como una vela que se acaba... pronto se
apagarán las luces del mundo "y habrá gran oscuridad en toda la
tierra". En este mundo tan oscuro, nosotros somos como rayitos de luz. -
Hemos de seguir brillando entre las tinieblas, dando luz al mundo. - ¡Nunca
pienses que porque hay tanta oscuridad no vale la pena tener un poco de luz,
pues en la oscuridad se ve incluso una vela a más de un kilómetro! ¡Cuanto más
profunda sea la oscuridad, más brillará la luz! - ¡Entusiásmate con Dios, y el
mundo vendrá a ver tu ardor! La oscuridad nos rodea y parece mucho mayor que la
luz, ¡mas no puede vencer a la luz! ¡Le es imposible apagar la luz porque la
oscuridad misma se ve destruida por la luz! - Aunque el Enemigo echara agua a
nuestro fuego, nada podría apagar el fuego del Espíritu de Dios, hará que arda
aun con más intensidad - ¡hasta que ilumine incluso las tinieblas! ¡Haremos que
el mundo arda con el poder de Su Espíritu, para consumir la madera, el heno y
la paja, los desechos y el tamo, dejando solamente oro, plata y piedras
preciosas para Su corona!
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