¡Si tu fe es débil es porque débil es también tu
conocimiento de la Palabra! ¡El mejor remedio para las dudas es la Palabra! En
la Biblia dice: «¡La fe viene de oír la Palabra de Dios!» (Rom.10:17) Esa es la
ley de la fe. Si piensas: «¡Ay, Dios mío, cuán poca fe tengo!», es porque no
conoces la Palabra. ¡Porque la fe viene de la Palabra! La fe nace y crece de
escuchar la Palabra de Dios. No es ningún estallido repentino. Es algo que se
construye estudiando fielmente la Palabra de Dios. Dios hasta te da la fe para
creer en Su Palabra. Él es el «autor y consumador de nuestra fe» (Heb.12:2).
¡La fe no es algo que, a base del esfuerzo y la fortaleza personal, uno pueda
elaborar, controlar o perfeccionar! Aceptar la fe por medio de Su Palabra es
obra de la gracia de Dios. La parte que a uno le toca es simplemente la de
aceptarla. Por favor, ¡no olvides Su Palabra, porque es alimento para el alma y
te da fuerzas para la lucha! ¡Lo que nos hace fuertes es la Palabra del Señor,
por medio de Su Espíritu y con Su amor! Señor, ayúdanos a vivir inmersos en la
Palabra de Dios, cimentados en ella. La Palabra hará crecer tu fe. ¡La fe se
edifica sobre la Palabra! ¡Léela con oración y pídele a Dios que aumente tu fe!
¡Lo hará! ¡Él nunca falla! ¡Él siempre responde al corazón sediento! ¡Que Dios
te bendiga y te ayude a encontrar fe!
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