sábado, 21 de julio de 2012

«¡RECONÓCELO EN TODOS TUS CAMINOS!» (PROVERBIOS 3:6)



Debemos guardar una relación estrecha con el Señor, obedecerle y esforzarnos por mantenernos en Su voluntad. ¡No debemos actuar sin estar seguros de cuál sea la voluntad de Dios, por más que algo parezca bueno, conveniente y razonable! ¡Si nos apoyamos en nuestra propia prudencia y nos olvidamos de reconocer al Señor, si no obedecemos a la voz de Su Espíritu para que nos guíe en todo momento, podemos caer en alguna trampa del Diablo, lo cual es muy peligroso! ¡No podemos precavernos contra todo, pero sí mantenernos tan aferrados al Señor que Él se encargue de que no pasemos un instante desguarnecidos! ¡Confiar en el brazo de carne y en el razonamiento natural es cosa peligrosa! (Jer.17:5) ¡Sin Jesús no somos nada! Jesús dijo: « ¡Separados de Mí nada podéis hacer!» (Jn.15:5) ¡Nada bueno! Por eso, Señor, ayúdanos a estar en el Espíritu de una manera tal que seamos sensibles a Tu voz, que la oigamos, que conozcamos tu Voluntad y que escuchemos Tu Palabra para poder seguirla y obedecerla. «Entonces tus oídos oirán a tus espaldas voz que diga: Este es el camino, andad por él.» (Isa.30:21) Ayúdanos, Señor, a prestar oído a esas voces, aunque puedan sonar ilógicas y no entendamos por qué no podemos hacer las cosas como de costumbre. ¡Cada vez que recibamos una advertencia del Espíritu, Señor, ayúdanos a hacerle caso, confiando en que Tú sabes por qué!

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