Dios no hace acepción de personas en lo que concierne a la Salvación. Pero
cuando se trata de nuestras obras, de nuestros talentos, habilidades y
contribuciones a Su Obra, indudablemente sí hace acepción de personas. ¡Las
personas que más aman al Señor y le sirven con más fidelidad, quienes más se
sacrifican por Él, son las que recibirán las recompensas más grandes, la mayor
bendición! Cuanto más utilizas tus talentos y más das, más te bendice Dios y
más te da. ¡Cuanto más utilizas lo que tienes, más te lo aumenta Dios! «Él que
siembra escasamente, también segará escasamente; ¡y el que siembra
generosamente, generosamente también segará!» (2Cor.9:6)
En el relato de Jesús acerca de los talentos, en el que un hombre tenía uno solo, otro cinco y un tercero diez, ¡lo importante no era que a uno se le había dado más que a otro, sino cómo había utilizado cada uno lo que había recibido! (Ver Mat.25:14-30) ¡Eso depende enteramente de ti y de tu potestad de elegir, de lo que tú escoges y decides hacer! ¡No se te juzga por lo que tienes, sino por lo que haces con ello!
¿Estás seguro de estar llevando a cabo el máximo y más alto propósito que Él tiene reservado para ti? ¿Te dirá Él: «Bien, buen siervo y fiel; entra en el gozo de tu Señor»? (Mat.25:21)
En el relato de Jesús acerca de los talentos, en el que un hombre tenía uno solo, otro cinco y un tercero diez, ¡lo importante no era que a uno se le había dado más que a otro, sino cómo había utilizado cada uno lo que había recibido! (Ver Mat.25:14-30) ¡Eso depende enteramente de ti y de tu potestad de elegir, de lo que tú escoges y decides hacer! ¡No se te juzga por lo que tienes, sino por lo que haces con ello!
¿Estás seguro de estar llevando a cabo el máximo y más alto propósito que Él tiene reservado para ti? ¿Te dirá Él: «Bien, buen siervo y fiel; entra en el gozo de tu Señor»? (Mat.25:21)
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