Para poder aprender lo que el Señor desea enseñarte, tienes que, como en un
paso a nivel, parar, mirar y escuchar, ¡o serás arrollado por los afanes de
esta vida, en vez de estar rebosante de Su Verdad, Su amor y Su gozo! ¡Si
avanzas con excesivo empuje o prisa, es posible que no llegues a ninguna
parte! Perderás la relación con el Señor y con nuestra Central celestial. Te
sucederá como al gatito del que la niña dijo: «¡Mami, el gatito se durmió y
dejó su motor encendido!» ¡Es posible que sigas moviéndote a pesar de estar
dormido espiritualmente, aunque sin lograr nada, «como quien golpea el aire»!
(1Cor.9:26)
«¡Sin las fuerzas del Maestro no podrás realizar la obra del Maestro!» ¡Y para obtener esas fuerzas, debes pasar tiempo con Él! El Señor dijo que sólo una cosa es necesaria: sentarse a Sus pies y aprender de Él. ¡A quienes escogen esa buena parte nunca les será quitada! (Luc.10:42) ¡Por eso, si te falta tiempo para orar, estás excesivamente ocupado! ¡Si no puedes dedicarle unos momentos a solas a Dios, y orar, estás demasiado atareado!
¡Así pues, «dedica tiempo a la santidad»! ¡Para ser íntegramente Suyo! Él dice: «Estad quietos y conoced que Yo soy Dios. ¡En quietud y confianza será vuestra fortaleza!» (Sal.46:10; Isa.30:15)
«¡Sin las fuerzas del Maestro no podrás realizar la obra del Maestro!» ¡Y para obtener esas fuerzas, debes pasar tiempo con Él! El Señor dijo que sólo una cosa es necesaria: sentarse a Sus pies y aprender de Él. ¡A quienes escogen esa buena parte nunca les será quitada! (Luc.10:42) ¡Por eso, si te falta tiempo para orar, estás excesivamente ocupado! ¡Si no puedes dedicarle unos momentos a solas a Dios, y orar, estás demasiado atareado!
¡Así pues, «dedica tiempo a la santidad»! ¡Para ser íntegramente Suyo! Él dice: «Estad quietos y conoced que Yo soy Dios. ¡En quietud y confianza será vuestra fortaleza!» (Sal.46:10; Isa.30:15)
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