Toda
persona inteligente estudia las instrucciones sobre un aparato costoso antes de
siquiera tocarlo o intentar hacerlo funcionar! Y se ahorra así mucho tiempo y
esfuerzo, además de la posibilidad de causar al aparato algún daño irreparable.
¡Pero quienes son demasiado impacientes para consultar primero el manual, o se
imaginan que ya saben hacerlo funcionar, los que se niegan a confesar que
necesitan la ayuda del manual de instrucciones, por lo general sufren toda
clase de problemas!
¿Para
qué esforzarte innecesariamente en esta vida cuando tu Creador, tu Hacedor,
Aquel que te fabricó -Dios- ya hizo que varios de Sus hombres escribieran un
Manual de instrucciones que contiene esquemas detallados e indicaciones fijas
para poder desempeñar la difícil tarea de vivir y hacer funcionar tu propio
cuerpo, mente y espíritu? Podrías perder mucho tiempo y causar mucho daño -a ti
mismo y a los demás- si no te detienes primero a leer el Libro, para aprender
bien cómo funciona tu alma y así poder reservarla para el uso de Dios, sin
abusar de ella, ¡y finalmente lograr que llegue a salvo al Cielo, para siempre!
¡No te arriesgues! ¡Lee el Libro y sigue sus instrucciones! ¿Amén?
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