El
Señor dijo: «Solo una cosa es necesaria», sentarse a Sus pies y aprender de Él,
como la María de las Escrituras. ¡Ella se sentaba a Sus pies, con los ojos
puestos en Su rostro, y aprendía de Jesús! «A los que han escogido la buena
parte», dijo Jesús, «¡no les será quitada!» (Luc.10:38-42)
Él
dice: «Donde están dos o más congregados en Mi nombre, allí estoy Yo,
en medio de ellos.» (Mat.18:20) Jesús está en medio de nosotros cada vez que
nos congregamos en Su nombre, por lo cual siempre nos reunimos a Sus pies.
El
Señor siempre recompensa que haya unidad en Su amor y que dediquemos nuestro
tiempo y atención a Él y a Su Palabra. Él disfruta dando soluciones, y tiene
que darlas cuando nos ve unidos en amor, en oración, en objetivos y en mente,
corazón y espíritu, teniendo una sola mente. (1Cor.1:10) He ahí la maravilla y
la clave del día de Pentecostés. ¡En medio de ellos estaba Jesús, y derramó Su
espíritu sobre ellos! (Hechos 2)
¡Si
leemos Sus Palabras, las estudiamos, las compartimos, oramos acerca de ellas y
seguimos la luz de su verdad, nos fundiremos en Su amor, unidos en Su verdad,
amalgamados como un cuerpo, bien concertados de acuerdo con Su Palabra!
MACB
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