Si el
Diablo consigue asustarte antes de que empieces, nunca
llegarás a comenzar siquiera, ni realizarás lo que Dios quiere. De
modo que el Diablo saca toda su artillería y su larga serie de sucios recursos
para evitar que te pongas a servir a Dios. Porque él supone que si logra
impedir que empieces, jamás llegarás a hacerlo.
¡Lo
que el Diablo teme es el testimonio! Él sabe que otras
personas se le van a escapar de sus garras por causa de ti y de tu
influencia y testimonio. Cada vez que una persona se convierte, se vuelve una
amenaza para cientos de los suyos, de modo que el Diablo hace todo lo posible
por detenerla.
¡Hasta
Jesús fue llevado al desierto y tentado por el mismo Diablo, en los días de
prueba que pasó antes de iniciar Su ministerio! ¡Imagínate! ¡Al Diablo se le
permitió someter a fuertes pruebas al Señor y atacarlo! Pero Jesús nunca cedió
ante el ataque y resistió al Enemigo con la Palabra de Dios. Cuando el Enemigo
se dio cuenta de que Jesús no se daría por vencido, desistió.
Así
que por el amor de Dios, por el bien de los demás y de ti mismo, ¡no dejes que
el Diablo te aparte, con sustos o engaños, de lo que Dios quiere que hagas,
antes incluso de haber comenzado! El Señor dice: «¡Resistid al
Enemigo y huirá de vosotros!» (Stg.4:7)
MAC
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