¡No
hay un solo hijo de Dios en esta tierra que no pueda permitirse contribuir a Su
Obra! Tal vez creas que no te lo puedes permitir, o quizás no puedas dar mucho
al principio, pero Dios bendice a todos los que dan, ¡y si no eres rico, tienes
aún más razones por las cuales deberías dar, para que el Señor pueda bendecirte
y ayudarte a tener más!
¡La
economía del Señor funciona de modo contrario a la del mundo! El mundo dice:
«Pues sí, cuando lo vea, y cuando tenga millones, ¡entonces comenzaré a dar!» Pero el Señor dice: «¡Comienza ahora a
dar lo que tengas, que luego Yo
te daré todavía más!» El hombre dice: «¡Yo primero!
¡La primera ley de la naturaleza es el instinto de conservación!» Pero el Señor
dice: «¡Dios primero, y luego Yo me encargaré de cuidarte a
ti!» (Mat.6:33)
Para
que Dios te dé abundantemente tienes que dar sacrificada mente parte de lo que
ya tienes. «¡Hay quienes reparten, y les es añadido más; y hay quienes retienen
más de lo que es justo, pero vienen a pobreza!» (Pro.11:24) ¡Y cuanto antes des
y compartas lo que tienes, más te dará el Señor, más rico te volverás y más
tendrás para compartir!
¡La
codicia empobrece acaparando; la caridad enriquece dando! ¿Cuál es tu caso?
MACB
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