viernes, 2 de noviembre de 2012

LOS QUE SIGUEN LA RECTITUD.



Oídme los que seguís la rectitud. Mirad a la  roca de donde fuisteis cortados, y al hueco de la
 cantera de donde os sacaron.
Porque el Señor consolará a  Sión; consolará todas sus soledades y tornará su  desierto en Edén, y su soledad en huerto del Señor. Allí habrá alegría y gozo, alabanza y voz de melodía.
¡Atiende a mi palabra, oh pueblo mío, y escúchame, nación mía!, porque de mí saldrá una  ley y estableceré mi justicia para  luz del pueblo.
Cercana está mi justicia; salido ha mi  salvación, y mi brazo juzgará a los pueblos. En mí esperarán las  islas, y en mi brazo confiarán.
Alzad a los cielos vuestros ojos, y mirad la tierra abajo; porque los  cielos se  desvanecerán como humo, y la tierra se  envejecerá como ropa de vestir; y de igual manera perecerán sus moradores. Pero mi salvación será para siempre, y mi justicia no será abrogada.
Oídme, los que conocéis la rectitud, pueblo en cuyo corazón he escrito mi ley: No temáis la afrenta del hombre, ni tengáis  miedo de sus ultrajes.

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