Los Mormones creemos en santificar el día
de Reposo, siguiendo los mandamientos de Nuestro Señor. En Isaías 58:13-14
dice: “Si retrajeres del día de reposo tu pie, de hacer tu voluntad en mi día
santo, y lo llamares delicia, santo, glorioso de Jehová; y lo venerares, no
andando en tus propios caminos, ni buscando tu voluntad, ni hablando tus
propias palabras, entonces te deleitarás en Jehová; y yo te haré subir sobre
las alturas de la tierra, y te daré a comer la heredad de Jacob tu padre;
porque la boca de Jehová lo ha hablado”.
Sabiendo que guardar el día de Reposo es
un mandamiento con promesa, los Mormones nos esforzamos por guardarlo y lo
hacemos de una manera especial. Principalmente nos preparamos para asistir cada
domingo a la Iglesia, en la que estamos por un tiempo de 3 horas, regularmente
de 9:00 a.m. a 12:00 a.m. (en algunos casos es diferente, cuando en una sola
capilla asiste más de un Barrio, en estos casos también se realizan reuniones
en la tarde).
La primera hora en la Iglesia, se llama
Reunión Sacramental. A ésta reunión asisten todos los miembros y dura 70
minutos. Cada reunión está siempre presidida por el Obispo o Presidente de
Rama, si está presente el Presidente de Estaca, alguno de sus Consejeros o
alguna otra autoridad mayor de la Iglesia, serán ellos los que presidirán.
También se elige a alguien del Obispado o la Presidencia de Rama para
dirigir la Reunión Sacramental, la cual se inicia con un himno y una oración;
se dan anuncios y negocios de la Iglesia, después de esto se pasa al tiempo más
importante que es la bendición y repartición de la Santa Cena. (Lea más acerca
de La santa Cena)
Al terminar la Reunión Sacramental, todos
los niños hasta los 12 años van a su clase de la Primaria, mientras los
jóvenes, hombres y mujeres de 12 hasta 18 años van a una clase. Los hombres y
mujeres de 18 años para arriba van a la Escuela Dominical (Lea más acerca de La
Escuela Dominical).
"Para que descanse tu siervo y
tu sierva como tú. Acuérdate que fuiste siervo en tierra de Egipto, y que
Jehová tu Dios te sacó de allá con mano fuerte y brazo extendido; por lo cual
Jehová tu Dios te ha mandado que guardes el día de reposo" (Deuteronomio
5:12-15).
Naturalmente que para poder guardar en debida santificación todo el domingo, como día de reposo que es, se necesita después de haber entendido perfectamente que no es voluntad o mandato de hombre, sino de Dios mismo hacerlo así; se necesita una preparación apropiada teniendo sumo cuidado de despachar con anticipación durante los seis días que nos pertenecen, todos nuestros negocios, trabajos del campo o de la casa, y cualquier otro asunto que pudiera ocuparnos para guardar el día del reposo. Debemos asi¬mismo preparar también nuestro corazón para que con gozo y aprovechamiento positivo, pueda por una parte, recibir la Palabra de Dios; y por otra, rendir a Él la alabanza, adoración, honra y gloria que merece.
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