miércoles, 12 de diciembre de 2012

EL MONTE DEL SEÑOR.


Muchas veces, el Señor ha empleado las cimas de las montañas como santuarios. En la época del Antiguo Testamento, cuando no había un templo disponible, El utilizaba los picos de las montañas como el lugar sagrado donde revelaba verdades a Sus profetas. Del mismo modo, tanto el Nuevo Testamento como el Libro de Mormón describen las cumbres sagradas donde Dios revelo verdades a Sus siervos. José Smith, arrodillado en la Arboleda Sagrada, estaba simbólicamente arrodillado en la cima de una alta montaña espiritual.

Hoy en día. el Señor nos concede un amplio espacio que, en forma personal, se convierte en nuestra propia cima espiritual en la cual recibimos verdad e inspiración. Por ejemplo, escudriñar las Escrituras nos contesta muchas de nuestras preguntas cotidianas elevándonos el espíritu a una altura que nos ofrece una visión mas clara de todo. Además, el mundo esta lleno de templos santos a los que podemos asistir para recibir instrucciones e inspiración y para efectuar ordenanzas sagradas. Y las conferencias como esta, las proféticas expresiones escritas de nuestros queridos lideres, las reuniones sacramentales y las conferencias de estaca, todo ello nos provee oportunidades magnificas de escuchar la verdad y de que esta penetre en lo profundo de nuestra alma.
Nosotros mismos, en nuestro mundo de diaria labor, podemos crear una experiencia “de cima” espiritual tan personal y exclusiva que me pregunto por que no hay mas personas que lo hagan. La cima espiritual a la que me refiero es el desarrollar y refinar el testimonio de nuestro Señor y Salvador, Jesucristo. Del mismo modo en que podemos contemplar un maravilloso panorama desde la cima de una montaña alta, creo que podemos, en cualquier parte que nos hallemos! sentir el sobrecogedor asombro de saber que el Salvador, en un acto de amor que supera la comprensión humana, dio Su vida para tomar sobre Si nuestro dolor y sufrimiento.

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