viernes, 20 de julio de 2012

«¡PROCURAD LA SINCERIDAD DELANTE DE TODOS LOS HOMBRES!» (ROM.12:17)



Como hijos de Dios, debemos ser defensores de la verdad. Si hay algo que debe caracterizar a los cristianos es el conocimiento de la Verdad, y si te descubren en tan solo una mentirita, ¡ya nunca se fiarán de ti para nada!
Él castigo del mentiroso es que no le creen ni cuando dice la verdad. En casi todos los tribunales se considera que si un testigo dice una sola mentira, aunque el 99% de todo lo que haya dicho sea verdad, ha mentido y por lo tanto se ha descalificado a sí mismo como testigo. En ese caso anulan todo su testimonio. ¡Cada persona a la que testificas es un juez que examina cada palabra que dices, y si descubre que mientes en una cosa, perderá la fe en todo tu testimonio! ¡Si mientes en una cosita de nada, pensarán que eres culpable de cosas mucho mayores!
¿Qué dice la Palabra de Dios de los mentirosos? «¡Sabed que vuestros pecados os alcanzarán! ¡Todo lo que el hombre sembrare, eso también segará!» (Núm.32: 23; Gál.6:7) ¡Mentir no está bien! ¡A Dios no le gusta, ni tampoco a la persona a la que mientes! ¡Así que, por el amor de Dios, di la verdad! ¡Forma parte de tu buen testimonio y ejemplo de «honradez para con los de afuera»! (1Tes.4:12) ¿Amén?

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