La apariencia de sus rostros testifica en contra de ellos, y publica que su pecado es como el de Sodoma, y no lo pueden ocultar. ¡Ay de sus almas!, porque han allegado el mal para sí mismos.
Decid a los justos que a ellos les irá bien, porque comerán del fruto de sus obras.
¡Ay de los impíos!, porque perecerán; pues el pago de sus manos vendrá sobre ellos.
Los opresores de mi pueblo son niños, y mujeres lo gobiernan. ¡Oh pueblo mío, los que te guían te hacen errar, y pervierten el curso de tus sendas!
El Señor se levanta para litigar, se pone en pie para juzgar al pueblo.
Vendrá el Señor a juicio contra los ancianos de su pueblo y contra sus príncipes; porque habéis devorado la viña y el despojo del pobre en vuestras casas.
¿Qué pretendéis? Majáis a mi pueblo, y moléis las caras de los pobres, dice el Señor Dios de los Ejércitos.
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