Del Quórum de los Doce Apóstoles
¿Por qué desea el Señor que oremos a Él y le pidamos? Porque así es cómo se
recibe la revelación.
Un ejemplo de
revelación podría ser la dirección que el presidente Spencer W. Kimball
recibió después de una larga y continua súplica al Señor acerca de proporcionar
el sacerdocio a todos los varones dignos de la Iglesia en una época en que sólo
estaba disponible para algunos de ellos.
La relación con las
personas que conocemos y amamos se pueden fortalecer a través del velo. Eso se
logra mediante un empeño firme para hacer lo correcto continuamente. Podemos
fortalecer nuestra relación con la persona que ha partido, a quien amamos, al
reconocer que la separación es temporal y que los convenios que hacemos en el
templo son eternos. Cuando se obedecen constantemente, dichos convenios
aseguran el cumplimiento eterno de las promesas inherentes a ellos.
Un caso claro de
revelación en mi vida tuvo lugar cuando recibí la firme impresión del Espíritu
de pedirle a una hermosa joven llamada Jeanene Watkins, con la que había estado
saliendo, que se sellara a mí en el templo.
Una de las grandes
lecciones que cada uno de nosotros debe aprender es la de pedir. ¿Por qué desea
el Señor que oremos a Él y le pidamos? Porque así es cómo se recibe la
revelación.
Cuando afronto un
asunto muy difícil, esto es lo que hago para tratar de comprender qué hacer:
ayuno y oro para encontrar y entender las Escrituras que serán de ayuda. Ese
proceso es cíclico. Comienzo leyendo un pasaje de las Escrituras, medito sobre
el significado del versículo y oro por inspiración. Después, medito y oro para
saber si he entendido todo lo que el Señor desea que yo haga. A menudo vienen
más impresiones, con un entendimiento mayor de la doctrina. He descubierto que
ese modelo es una buena manera para aprender de las Escrituras.
Hay algunos
principios prácticos que realzan la revelación. Primero, ceder a las emociones
como la ira, el malestar o el ponerse a la defensiva alejará al Espíritu Santo.
Esas emociones se deben eliminar o nuestra oportunidad de recibir revelación se
verá reducida.
Otra regla es ser
cautos con el sentido del humor. Las risotadas ofenderán al Espíritu. El buen
sentido del humor ayuda a la revelación, las risotadas no. El buen sentido del
humor es una válvula de escape para las presiones de la vida.
Otro enemigo de la
revelación proviene de la exageración o de hablar en voz muy alta. Un hablar
cuidadoso y calmo será favorable para recibir revelación.
Por otro lado, la
comunicación espiritual mejora con buenos hábitos de salud. El ejercicio,
dormir el tiempo razonable y los buenos hábitos de alimentación aumentan
nuestra capacidad para recibir y entender la revelación. Viviremos durante
nuestro período de vida asignado; sin embargo, podemos mejorar tanto la calidad
de nuestro servicio como nuestro bienestar tomando decisiones apropiadas y
prudentes.
Es importante que
nuestras actividades diarias no nos distraigan de escuchar al Espíritu.
Se puede recibir
revelación mediante un sueño, cuando hay casi una transición imperceptible
entre el estar dormido y el despertar. Si te esfuerzas por aprehender su
contenido de inmediato, podrás registrarlo con gran detalle; si no, se esfumará
con rapidez. Por lo general, a la comunicación inspirada durante la noche la
acompaña un sentimiento sagrado durante toda la experiencia. El Señor utiliza
personas a quienes les tenemos un gran respeto para enseñarnos verdades en un
sueño, puesto que confiamos en ellas y escucharemos su consejo. Es el Señor
quien está enseñando mediante el Espíritu Santo; sin embargo, en un sueño, Él
puede hacer que nos sea más fácil entender y que se conmueva más nuestro
corazón enseñándonos mediante alguien que amamos y respetamos.
Cuando es para los
propósitos del Señor, Él puede traer cualquier cosa a nuestra memoria. Eso no
debe debilitar nuestra determinación de registrar las impresiones del Espíritu.
La inspiración que se registra con cuidado demuestra a Dios que Sus
comunicaciones son sagradas para nosotros. El registrarlas aumentará nuestra
capacidad de recordar la revelación. Esos registros de la dirección del
Espíritu deben protegerse para que no se pierdan y para evitar la intromisión
de otras personas.
Las Escrituras
confirman con elocuencia cómo el vivir la verdad constantemente abre la puerta
a la inspiración a fin de saber qué hacer y, cuando sea necesario, que nuestra
capacidad personal sea realzada por el poder divino. Las Escrituras describen
cómo el Señor fortaleció la capacidad de una persona para conquistar la
dificultad, la duda y los desafíos que parecían insuperables en momentos de
necesidad. Al meditar sobre esos ejemplos, vendrá una serena confirmación por
medio del Espíritu Santo de que esas experiencias son verdaderas. Llegarás a
saber que una ayuda similar está disponible para ti.
He visto a algunas
personas afrontar desafíos que sabían lo que tenían que hacer cuando ello
estaba más allá de su propia experiencia debido a que confiaban en el Señor y
sabían que Él los guiaría a encontrar las soluciones que tan urgentemente se
requerían.
El Señor ha
declarado: “Y a vosotros se os enseñará de lo alto. Santificaos y seréis
investidos con poder, para que impartáis como yo he hablado” 2.
La palabra santificaos te puede parecer
desconcertante. El presidente Harold B. Lee explicó una vez que uno puede
reemplazar esa palabra con “guardad mis mandamientos”. Al leerlo de ese modo el
consejo podría parecer más claro3.
Uno siempre debe
estar mental y físicamente limpio, y tener una intención pura, para que el
Señor pueda inspirar. El Señor confía en aquel que es obediente a Sus
mandamientos. Esa persona tiene acceso a la inspiración de Él para saber qué
hacer y, según sea necesario, tener el poder divino para hacerlo.
Para que la
espiritualidad sea más fuerte y esté más disponible, se debe implantar en un
entorno de rectitud. La altanería, el orgullo y la jactancia son como un
pedregal que nunca producirá fruto espiritual.
La humildad es un
terreno fértil donde la espiritualidad crece y produce el fruto de la
inspiración para saber qué hacer; da paso al poder divino para lograr lo que
debe hacerse. Una persona motivada por el deseo de elogios o de reconocimiento
no será merecedora de las enseñanzas del Espíritu. El Espíritu no guiará
poderosamente a alguien que sea arrogante o que deje que sus emociones influyan
en sus decisiones.
Cuando actuamos como
instrumentos en beneficio de los demás somos más fácilmente inspirados que
cuando pensamos solamente en nosotros mismos. En el proceso de ayudar a los
demás, el Señor puede agregar direcciones para nuestro propio beneficio.
Nuestro Padre
Celestial no nos puso en la tierra para que fracasemos, sino para que
triunfemos con gloria. Podría parecer paradójico, pero esa es la razón por la
que reconocer las respuestas a nuestras oraciones a veces puede ser muy
difícil. A veces tratamos imprudentemente de afrontar la vida dependiendo de
nuestras propias experiencias y capacidad. Es mucho más sabio procurar saber
qué hacer mediante la oración y la inspiración divina. Nuestra obediencia nos
asegura para que, cuando se lo requiera, seamos merecedores del poder divino
para lograr un objetivo inspirado.
Como muchos de
nosotros, Oliver Cowdery no reconoció la evidencia de las respuestas a las
oraciones que el Señor ya le había dado. Para abrir sus ojos, y los nuestros,
se dio esta revelación mediante José Smith:
“…bendito eres por lo
que has hecho; porque me has consultado, y he aquí, cuantas veces lo has hecho,
has recibido instrucción de mi Espíritu. De lo contrario, no habrías llegado al
lugar donde ahora estás.
“He aquí, tú sabes
que me has preguntado y yo te iluminé la mente; y ahora te digo estas cosas
para que sepas que te ha iluminado el Espíritu de verdad”4.
Si sientes que Dios
no ha contestado tus oraciones, medita en estas Escrituras; después, busca
detenidamente evidencias en tu propia vida, puesto que Él ya podría haberte
contestado.
Dos indicadores de
que un sentimiento o impresión provienen de Dios son que produce paz en tu
corazón y un sentimiento calmo y cálido. A medida que sigas esos principios de
los que he hablado, estarás preparado para reconocer la revelación en momentos
críticos de tu propia vida.
Cuanto más cerca
sigas la guía divina, más grande será tu felicidad aquí y en la eternidad;
asimismo, más grandes serán tu progreso y capacidad para servir. Yo no entiendo
en su plenitud cómo se hace, pero esa guía en tu vida no te quita el albedrío.
Tú puedes tomar las decisiones que desees; pero recuerda que la disposición de
hacer lo correcto brinda paz a la mente y felicidad.
Si tus decisiones son
incorrectas, pueden rectificarse mediante el arrepentimiento. Cuando las
condiciones se cumplen plenamente, la expiación de Jesucristo, nuestro
Salvador, proporciona un alivio de las demandas de la justicia por los errores
cometidos. Es maravillosamente sencillo y tan incomparablemente hermoso. Al
continuar viviendo rectamente, serás siempre inspirado para saber lo que debes
hacer. En ocasiones, descubrir qué decisión tomar requerirá un empeño
significativo y confianza de tu parte; sin embargo, serás inspirado para saber
qué hacer al cumplir con las condiciones que se requieren para tener esa guía
divina en tu vida, o sea, obediencia a los mandamientos del Señor, confiar en
Su plan divino de felicidad y evitar todo lo que sea contrario a él.
La comunicación con
nuestro Padre Celestial no es un asunto trivial. Es un privilegio sagrado. Está
basada en principios eternos que no cambian. Recibimos ayuda de nuestro Padre
Celestial en respuesta a nuestra fe, obediencia y al uso apropiado del
albedrío.
Que el Señor te
inspire para comprender y usar los principios que conducen a la revelación
personal y a la inspiración. En el nombre de Jesucristo. Amén.
Solo cuando tenemos lideres entregados por la causa del salvador y guían a los miembros de la iglesia de Jesucristo de los santos de los últimos días por el camino correcto, se podrá alcanzar la tan anhelada dicha. la salvación de nuestra alma.
ResponderEliminarUn ejemplo, Nuestro obispo: ABELARDO LASSO. Quiero enviarle un abrazo de todo corazón para toda su familia.