martes, 2 de octubre de 2012

PALABRAS DE UN PADRE A SUS HIJOS.

Y aconteció que después de haber viajado tres días por el desierto, asentó su tienda en un avalle situado a la orilla de un río de agua.

Y sucedió que erigió un  altar de  piedras y presentó una ofrenda al Señor, y dio  gracias al Señor nuestro Dios.
  Y cuando mi padre vio que las aguas del río desembocaban en la fuente del Mar Rojo, habló a Lamán, diciendo: ¡Oh, si fueras semejante a este río, fluyendo continuamente en la fuente de toda rectitud!
Y dijo también a Lemuel: ¡Oh, si fueras tú semejante a este valle, firme, constante e inmutable en guardar los mandamientos del Señor!
Esto habló por causa de la dureza de cerviz de Lamán y Lemuel; pues he aquí,  murmuraban contra su  padre en muchas cosas, porque era un hombre  visionario, y los había sacado de la tierra de Jerusalén, abandonando la tierra de su herencia, y su oro, y su plata y sus objetos preciosos, para perecer en el desierto. Y decían que había hecho esto por motivo de las locas imaginaciones de su corazón.
Y así era como Lamán y Lemuel, que eran los mayores, murmuraban en contra de su padre; y hacían esto porque no  conocían la manera de proceder de aquel Dios que los había creado.
Ni creían tampoco que aquella gran ciudad de Jerusalén pudiera ser  destruida conforme a las palabras de los profetas; y eran semejantes a los judíos que estaban en Jerusalén, los cuales procuraban quitarle la vida a mi padre.
 Y aconteció que mi padre les habló en el valle de Lemuel con  poder, pues estaba lleno del Espíritu, al grado de que sus cuerpos temblaron delante de él, y los confundió, de modo que no osaron hablar contra él; por tanto, hicieron lo que él les mandó.Y sucedió que yo, Nefi, siendo muy joven todavía, aunque grande de estatura, y teniendo grandes deseos de conocer los misterios de Dios, clamé por tanto al Señor; y he aquí que él me  visitó y  enterneció mi corazón, de modo que  creí todas las palabras que mi  padre había hablado; así que no me rebelé en contra de él como lo habían hecho mis hermanos.

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