viernes, 19 de octubre de 2012

LA RIQUEZA ENCEGUECE EL CORAZÓN.



Y así terminó el año octavo del gobierno de los jueces; y la iniquidad de los de la iglesia fue un gran tropiezo para los que no pertenecían a ella; y así la iglesia empezó a detenerse en su progreso. Y sucedió que al principio del año nono, Alma vio la iniquidad de la iglesia, y también vio que el  ejemplo de la iglesia empezaba a conducir a los que eran incrédulos de una iniquidad a otra, causando con ello la destrucción del pueblo.
Sí, vio una desigualdad muy grande entre el pueblo, algunos que se ensalzaban en su orgullo, despreciando a otros, volviendo las espaldas al  necesitado y al desnudo, y a aquellos que tenían  hambre, y a los que tenían sed, y a los que estaban enfermos y afligidos.
Ahora bien, esto fue un gran motivo de lamentaciones entre el pueblo, mientras que otros se humillaban, socorriendo a los que necesitaban su socorro, a saber,  repartiendo de sus bienes al pobre y al necesitado, dando de comer al hambriento y sufriendo toda clase de  aflicciones por  causa de Cristo, quien había de venir según el espíritu de profecía,

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