martes, 23 de octubre de 2012

¡LA FE ES EL TÍTULO DE PROPIEDAD!



«Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve» (Heb.11:1). Esa palabra traducida como «certeza» en nuestras Biblias es el término «hypostasis» del griego original, una palabra cuyo significado preciso se desconocía hasta hace unos años, cuando unos arqueólogos ingleses descubrieron las ruinas calcinadas de una vieja posada en Palestina. Encontraron allí un cofrecito de hierro con los documentos de valor de una noble romana que había estado alojada en el mesón cuando éste se incendió. Por lo visto estaba de viaje visitando sus diversas propiedades de la zona, porque casi todos los papeles que había en el cofrecito tenían la inscripción «hypostasis». ¡Eran títulos de propiedad! «¡Es, pues, la fe el título de propiedad de lo que se espera!» Tal vez aquella mujer jamás había visto sus posesiones, quizás había comprado los títulos de propiedad en Roma, ¡pero como tenía los documentos de propiedad en su poder sabía que las tierras eran suyas y podía demostrar que le pertenecían! ¡Si tienes fe, aunque aún no hayas obtenido la respuesta, tienes el título que te la acredita! ¡Es tuya! Tu nombre está escrito en él y tarde o temprano la verás. ¡Tienes el título de propiedad en las manos! ¡Está hecho!

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