domingo, 14 de octubre de 2012

EL ORGULLO NOS PRODUCE TEMOR A FRACASAR Y A SER RECHAZADOS, Y A MENUDO ESO NOS IMPIDE MANIFESTAR AMOR A LOS DEMÁS.



¡Pero los que aman de verdad son realmente humildes, y quienes son realmente humildes, aman de verdad! ¡Hay que admitir que la humildad es parte esencial del amor! Hace falta humildad para ser afectuoso y recibir afecto. ¡Si de veras quieres enamorarte y aceptar amor verdadero, necesitas suficiente humildad como para renunciar a tu orgullo y recibirlo! Porque el amor y la humildad son absolutamente inseparables. ¡No puedes sentir amor, amor de verdad, sin ser humilde; y tampoco puedes tener genuina humildad sin sentir mucho amor! ¡No puedes ser orgulloso y sentir amor verdadero! ¡Tampoco puedes sentir amor verdadero y ser orgulloso! ¡El amor verdadero requiere gran humildad! ¡Esto se aplica también a nuestra relación con el Señor! Al darnos cuenta de que Dios nos ama de verdad y de que Jesús murió por nosotros y vela por nosotros, debemos someternos y humillarnos para recibir Su amor. ¡Es algo humillante! Mas en la humildad hay perfecta paz, porque la humildad tiene amor y fe sin temor (1Jn.4:18). ¡Si amas, no te importa lo que piensen los demás: amas pese a lo que opinen! ¡De modo que sé humilde! ¡Y ama! (1Pe.4:8)

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