miércoles, 26 de septiembre de 2012

LA VIÑA DEL SEÑOR

Y entonces cantaré a mi muy amado el  cantar de mi amado respecto de su viña. Mi amado tenía una viña en un collado muy fértil.

Y la cercó y despedregó y la plantó de  vides escogidas, y edificó una torre en medio de ella, y también hizo un lagar; y esperaba que diese uvas, y dio uvas silvestres.
Ahora pues, oh habitantes de Jerusalén y varones de Judá, juzgad, os ruego, entre mí y mi viña.
¿Qué más podía hacerse por mi viña que yo no haya hecho? ¿Por qué, cuando esperaba que produjese uvas, uvas silvestres produjo?
Pues ahora os diré lo que voy a hacer con mi viña: Le  quitaré su vallado, y será consumida; derribaré su cerca, y será hollada;
y la asolaré; no será podada ni cavada, sino que en ella crecerán cardos y espinos; también mandaré a las nubes que no  derramen lluvia sobre ella.
Porque la  viña del Señor de los Ejércitos es la casa de Israel, y los hombres de Judá son su planta deleitosa. Y él esperaba justicia, y he aquí vileza; rectitud, y he aquí clamor.
¡Ay de los que juntan  casa con casa, hasta no haber más lugar, para quedar  solos en medio de la tierra!
En mis oídos ha dicho el Señor de los Ejércitos: En verdad, muchas casas han de quedar asoladas, y grandes y hermosas ciudades quedarán sin habitantes.

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