martes, 12 de marzo de 2013

UNIÓN CON NUESTRO PADRE CELESTIAL Y LOS DEMÁS.



Si nuestro amor por el Señor es auténtico, para bien de Su Reino debemos esforzarnos por trabajar en unión con otras personas. Sin rivalidades, unidos bajo el yugo del amor y asumiendo la carga entre todos. «¡Bendito el lazo de unión que nos liga en amor fraternal! ¡Es nuestra armonía y comunión igual que la celestial!»
«Os ruego, pues, hermanos, por el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que habléis todos una misma cosa, y que no haya entre vosotros divisiones, sino que estéis perfectamente unidos en una misma mente y un mismo parecer.» (1Cor.1:10)

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