Nuestro padre celestial nos da dos lados a cada persona, y lo que hagas con lo que tienes depende en gran medida de ti. Puedes ser fuerte y bueno o débil y malo: El deja en tus manos esa decisión y la capacidad de escoger en qué dirección quieres ir: si quieres nadar cuesta arriba aunque sea más difícil, o si prefieres dejarte arrastrar por la corriente. Eres tú quien lo decide, ¡pero si tomas la decisión correcta y de verdad quieres ser fuerte, bueno y de Nuestro padre celestial, el Señor puede intervenir y ayudarte a que lo seas! ¡Juntos podrán vencer el medio que te rodea, tus rasgos hereditarios y ese lado débil y malo de tu naturaleza, si de veras te lo propones, y tienes la fe, la iniciativa y la determinación necesarias para combatirlos!
¡El puede vencerlo todo y convertirte en una nueva criatura en Cristo Jesús para la cual las cosas viejas pasaron y todas son hechas nuevas! (2Cor.5:17)
No hay comentarios:
Publicar un comentario