El Señor puede ahorrarte un montón de trabajo y tiempo si tan sólo oras antes de comenzar cualquier tarea. Ora y pídele al Señor que te ayude y te guíe, aunque sólo se trate de una palabra: "¡Jesús, ayúdame, por favor!" Puedes orar en una fracción de segundo y recibir la respuesta a tu oración enseguida, ¡pero si te apoyas en tu propia prudencia o en tu propia sabiduría tal vez cometas un error lamentable!
De modo que "¡ora sin cesar!" (1Tes.5:17) Consúltalo todo con el Señor, cada problema, cada decisión, y asegúrate de estar haciendo lo que El quiera que hagas. "¡Reconócelo en todos tus caminos, y él enderezará tus veredas!" (Pro.3:6)
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