El Señor tuvo que romper las cadenas. Tú no podías librarte a ti mismo. Tuvo que purgarte, purificarte y limpiarte. Ahora estás completamente limpio, ya no estás sometido al poder del Enemigo. Ya no puede hacerte daño, ni tocarte ni controlarte. - Ahora perteneces al Señor, y el Diablo no te puede reconquistar; ¡eres del Señor para siempre! - "Las cosas viejas pasaron, todas son hechas nuevas." (Co.5:17) - ¡Toda tu vida ha cambiado, como un bebé recién nacido que entra en un mundo completamente nuevo! - ¡Una nueva y gozosa creación de una vida amante de la alegría, con un cuerpo bien sano, un corazón limpio, una mente pura, y un nuevo espíritu regenerado, nacido de nuevo!
¡Ahora podemos darnos las manos y bailar con Jesús! ¡Ahora podemos darnos las manos con los hijos del Rey! Estamos bailando, riendo y sonriendo, ¡Jesús nos limpió de todo!. SUD.
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