domingo, 19 de agosto de 2012

«DICE EL NECIO EN SU CORAZÓN: NO HAY DIOS.» (SALMO 14:1)



¡Si no tienes suficiente sentido común como para creer en Dios, no tienes más que observar Su crea­ción y te darás cuenta de que Dios existe! ¡Cual­quier persona en su sano juicio debería saber, por simple razonamiento lógico, que hay Dios! ¡Quien crea de verdad que todo surgió accidentalmente, no es más que un tonto! ¡Es absurdo! No hay más que sentarse al aire libre y mirar los árboles y los pájaros para darse cuenta de que nada ha sido pro­ducto de la casualidad. Hay demasiada coordinación en todo. Toda esta gloriosa creación de Dios es un testimonio constante de la existencia de un Diseña­dor y Creador divino.
¡Aunque toda la Creación proclama la existencia de un Dios invisible, actualmente son muchos los que rechazan ese testimonio, pues prefieren ignorarlo! ¡De ahí que hayan tejido esa absurda y estúpida invención de la evolución! Quieren así sacar del medio a Dios y el conocimiento de Dios, «porque no aprobaron tener en cuenta a Dios en su educación» (Rom.1:28). No quieren admitir que existe.
Pero nosotros nos maravillamos contemplando el fruto de las manos de Dios, lo vemos presente en Su obra, y tal como lo expresa Su Palabra, lo entendemos por medio de las cosas hechas, ¡de manera que conocemos a Dios, lo glorificamos como tal, y estamos agradecidos! (Rom.1:20)

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