martes, 15 de enero de 2013

HIJO MÍO, QUE ESTÁS EN LA TIERRA.



 “HIJO MÍO”

Hijo mío, que estás en la tierra y te sientes preocupado, confundido, desorientado, solitario, triste y angustiado.
Yo conozco perfectamente tu nombre y lo pronuncio bendiciéndolo, porque te amo, es decir, te acepto como has venido siendo.
Juntos construiremos mi Reino, del cual tú eres mi heredero y en eso no estarás solo porque yo soy en ti, como tú eres en mí.
Deseo que siempre hagas mi voluntad, porque mi voluntad es que tú seas humanamente feliz.
Tendrás el pan para hoy… No te preocupes. Pero recuerda, no es sólo tuyo, te pido que siempre lo compartas con tu prójimo, pues te lo doy a ti, porque sé que sabes, que es para ti y para todos tus hermanos…

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